
Los Molinos del Guadalquivir en Córdoba
Es preciso trasladarse al tiempo en que los molinos o azudas entrañaron una presencia activa. Eran la gala industriosa del Guadalquivir para la producción harinera. Evoquemos sus nombres: Albolafia, La Alegría, Jesús María o de Enmedio, Salmoral, Pápalo Tierno o de Telléz. San Antonio, San Rafael, Martos y los de López García y Carbonell aguas arriba de la ciudad, y Casillas aguas abajo. Sus sillares originarios datan del Siglo XII, con intervenciones posteriores en S. XIV, XVI y XIX. Un buen bullir de máquinas con las que moler, sirviéndose de la fuerza del agua. Estos mecanismos irían desapareciendo y sobrevino progresivamente la ruina. Aquel runrún acompañante se hizo mudez, indicio del abandono.
A la rueda de la Albolafia le tocó pronto el turno de su fin. El ruido de los cangilones molestaba mucho, hasta turbarle el sueño, a doña Isabel la Católica, que vivía en el Alcázar. Le provocaba jaqueca y ordenó que se interrumpiese el girar y girar que conducía el líquido hasta los jardines y compartimentos reales.

El molino de Martos, lejos del palacio, tras agotar sus usos, se trocaría en una especie de club para las necesidades de los bañistas. Era el sitio desde el que darse el chapuzón. Aún tengo a punto la imagen de esa fiesta náutica y también la de los barqueros trasladando desde un borde hasta otro a la gente en sus navecillas remadoras. Los ocupantes se hacían la ilusión de un viaje marítimo.
Francisco Solano Márquez Cruz, en su singular Guía secreta de Córdoba, alude al molinero Alfonso, quien auxiliaba a los en peligro de ahogarse. Fue campeón local de natación al estilo bracete. Era una garantía de que no ocurrieran desgracias, aunque, por descontado, las hubo, no obstante su intervención profesional. El peligro de las contaminaciones acuáticas acabó por abolir esta bullidora característica del paisaje de la Ribera.
En la actualidad el Molino de Martos, es una de las perlas del llamado Plan de Río ha sido objeto de una profunda restauración de la mano del prestigioso arquitecto Juan Navarro Baldeweg, especialista, entre otras, de este tipo de construcciones con destino a la creación de un Museo Hidráulico.

El Molino de San Antonio, el más cercano a la Torre de la Calahorra, forma junto a otros tres (Albolafia, Téllez o Pápalo Tierno y Enmedio) un rosario de ingenios hidráulicos enlazados por la azuda de Culeb, paralela al puente "Romano" aguas abajo. También ha sido adquirido, restaurado e integrado al Plan Río, recientemente por el Municipio. En él se proyecta crear un Aula de Ornitología con equipamiento dedicado al estudio y divulgación de la fauna ornítica del río.
Pasado el Puente de San Rafael y en la margen derecha del río, nos encontramos con el Molino de La Alegría, también recientemente restaurado y que acoge el Museo de Paleobotánica y una impresionante colección de fósiles y vegetales desde el periodo Devónico hasta el Cuaternario. Es muy reconfortante dedicar un día a la visita del Museo así como al Jardín Botánico en general, donde se encuentra ubicado.

En la margen izquierda del río y en línea con el Molino de La Alegría, observamos los Molinos del Hierro o San Lorenzo y de San Rafael, que se restaurarán e integrarán en la ciudad en el nuevo proyecto de urbanización de El Cordel de Ecija.
El 30 de Junio de 2009 la Junta de Andalucía acordó inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz los once molinos situados en el curso del río Guadalquivir a su paso por la ciudad de Córdoba.
Bibliografía: Luis Jiménez Martos. Abrazo al Guadalquivir. Colección Córdoba. Diario Córdoba y Cajasur 1996
Los Molinos en imágenes...

Molino de Martos, restaurado. Alberga un Museo Hidráulico

Molino de la Albolafia

Molino de Pápalo Tierno o de Don Tello

Molino de Pápalo Tierno o de Don Tello

Molino de Enmedio o de Jesús María

Molino de Enmedio o de Jesús María

Molino de San Antonio restaurado e integrado al Plan Río

Molino de la Alegría restaurado. Alberga el Museo de Paleobotánica

Museo de Paleobotánica en el interior del Molino de la Alegría

Molinos del Hierro o San Lorenzo y de San Rafael